Veo en vuestra mirada el miedo que
encogería mi corazón. Pudiera llegar el día en que el valor de los
hombres decayera, en que olvidáramos a nuestros compañeros y se
rompieran los lazos de nuestra comunidad; pero hoy no es ese día. En que
una horda de lobos y escudos rotos rubricaran la consumación de la Edad
de los Hombres. ¡Pero hoy no es ese día! ¡En este día lucharemos! ¡Por
todo aquello que vuestro corazón ama de esta buena tierra, os llamo a
luchar! ¡Hombres del Oeste!