jueves, 29 de marzo de 2012
miércoles, 28 de marzo de 2012
lunes, 26 de marzo de 2012
sábado, 17 de marzo de 2012
viernes, 16 de marzo de 2012
The end of light.
Sólo son las dos, y ya atardece. Atardece donde las costillas son los rayos de la poca luz que queda. Atardece en un corazón donde la banda sonora era el correr de la sangre azul. Atardece en la Alhambra, donde aquel sol murió contemplando lo que más tarde moriría. Atardece sobre el río, donde el frío y el miedo arremetieron contra el calor y la confianza. Atardece sobre mejillas barnizadas de besos, desgastadas por la dulce lluvia de los ojos. Atardece en la carretera que unía lo ahora desunido. Atardece un domingo de noviembre, llevándose al oeste la luz, y la luz. Atardece en la estación que de tantas despedidas es testigo. Atardece incluso en la Puerta del Sol. Atardece en mí, en ti; en nosotros. Y ya no hay amanecer.
domingo, 11 de marzo de 2012
sábado, 10 de marzo de 2012
Cuitas.
Cada palabra que profería era como una espada que me atravesaba el corazón. Él no comprendía que habría sido más caritativo el silenciarme todo aquello. ¡Cómo iban a reírse y regocijarse con el castigo a mi arrogancia y desprecio quienes hacía tiempo me lo estaban echando en cara! Querría que alguien se atreviera a reprochármelo para poderle atravesar el pecho con la espada; viendo correr la sangre me sentiría mejor. ¡Ah! He empuñado cien veces el cuchillo para dar aliento a este oprimido corazón. Cuentan que hay una raza noble de caballos que, cuando se sienten muy sofocados y batidos, se muerden ellos mismos, por instinto, una vena para poder recobrar el aliento. Lo mismo me ocurre a mí muchas veces: quisiera abrirme una vena que me procurase la libertad eterna.
domingo, 4 de marzo de 2012
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